Si me piden alguna cosa en mi nombre, yo la haré. (Juan 14:14 RVA-2015)

Y me buscaréis, y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. (Jeremías 29:13)

¡Alaben al Señor porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre! (1 Crónicas 16:34 NVI)

En ti confían los que conocen tu nombre, porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan. (Salmos 9:10 NVI)

Mas Él se apartaba a lugares desiertos, y oraba. (Lucas 5:16)

Hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. (Filipenses 4:8,9)

Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros. (1 Pedro 5:7 RVA1960)

Te alabaré, oh SEÑOR, Dios mío, con todo mi corazón; glorificaré tu nombre para siempre. (Salmos 86:12 RVA2015)

Te entregaré tesoros escondidos y te daré a conocer recónditos secretos, para que sepas que Yo soy el Señor, el Dios de Israel, que te llamo por tu nombre. (Isaías 45:3 RVC)

Así que, hermanos, tenemos libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que Él nos abrió a través del velo, esto es, de Su carne. También tenemos un gran sacerdote sobre la casa de Dios. Acerquémonos, pues, con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia y lavados los cuerpos con agua pura. (Hebreos 10:19-22 RVR95)

Os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá, porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. (Lucas 11:9-10)

Guarda silencio ante el Señor, y espera en Él. – (Salmo 37:7)

La palabra del Señor es justa; fieles son todas sus obras. (Salmos 33:4 NVI)

Empero si lo que no vemos esperamos, por paciencia esperamos. (Romanos 8:25)

Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. (Marcos 1:35 RVR1960)

Mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra. - Salmo 121:2

Habla, Señor, Tu siervo oye. (1 Samuel 3:10)

Nunca dejen de orar. (1 Tesalonicenses 5:17 NVT)

Deja la ira y abandona el enojo; de ninguna manera te apasiones por hacer lo malo. (Salmos 37:8 RVA2015)