Disciplina espiritual

Te alabaré, oh SEÑOR, Dios mío, con todo mi corazón; glorificaré tu nombre para siempre. (Salmos 86:12 RVA2015)

 La disciplina espiritual de la celebración está intrínsecamente ligada a la alegría de permanecer en la Palabra de Dios y obedecerla.

 Consiste en celebrar frecuentemente sucesos significativos ligados al amor, la providencia y las bendiciones de Dios, tanto materiales como espirituales.

 Practicamos internamente la disciplina de la celebración cuando nos detenemos a reflexionar sobre la presencia de Dios en nuestra vida; reconocemos que cada día es un regalo que Él nos hace.

 Confesamos que el mundo en que vivimos, la belleza que vemos, los alimentos que consumimos, la compañía que disfrutamos y todas las bendiciones que hemos recibido proceden de Él.

 Nos regocijamos en la certeza de nuestra salvación y hallamos alegría viviendo en sintonía con el Espíritu de Dios.

 Vivimos con gozo en nuestro corazón, sabiendo que Él cuidará de nosotros, que nos dará «el pan nuestro de cada día», que nuestras necesidades quedarán cubiertas, que Jesús nos ha otorgado paz para que no nos angustiemos ni tengamos miedo, y que esa paz guardará nuestro corazón y nuestros pensamientos. —P. Amsterdam [1]

 Cada mañana es siempre como un nuevo comienzo. Dios nos da un nuevo día para empezar de nuevo a servirle fielmente. —Anna Maria Canopi

[1] P. Amsterdam Áncora La celebración

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