Bajo presión
Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros. (1 Pedro 5:7 RVA1960)
Cuando tenemos mucho que hacer en muy poco tiempo, es fácil sentirnos agobiados.
El estrés entorpece nuestro progreso de múltiples maneras. Produce una mayor tensión sobre el sistema nervioso, lo cual disminuye nuestra agilidad mental. Dejarnos abrumar por la presión resulta contraproducente desde todo punto de vista.
Uno de los hábitos de trabajo más importantes que podemos cultivar es el de protegernos contra el agobio, aprendiendo primero a detectar el momento en que éste empieza a afectarnos y tomando luego medidas para contrarrestarlo. La mejor forma de hacerlo es pedir ayuda al Señor.
La perfecta paz del Señor proviene de pasar tiempo con Él. Para ello hay que tener fe en que cualquier tarea acuciante que se te presente está en Sus manos, pues Él está al timón. Para confiar en Jesús, es importante comprender y abrazar la inefable verdad de que Él nos ama tanto que quiere asistirnos en todo aspecto de nuestra vida.
Él se interesa por ti y desea tu felicidad. Quiere que lo incluyas en todos tus quehaceres. Desea aliviarte la carga, y lo hará en la medida en que le des lugar. Él quiere que le lleves tus problemas; cuando lo hagas te calmará los nervios, te dará serenidad y te indicará qué hacer. —M. Fontaine [1]
Dios no lo hizo todo en un día. ¿Qué me hace pensar que puedo hacerlo? —Anónimo
[1] M. Fontaine Áncora ¿Abrumado?