Solo con el Señor
Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. (Marcos 1:35 RVR1960)
A lo largo de los Evangelios vemos que Jesús se separaba de la gente a la que atendía espiritualmente y hasta de Sus mejores amigos y seguidores, para pasar tiempo a solas en oración y comunión con el Padre.
Era habitual que Jesús se apartara de los demás para estar a solas con Dios. Aun cuando estaba sumamente ocupado, cuando era muy solicitado y realizaba grandes portentos, tenía por norma apartarse de todos para pasar un tiempo íntimo con Su Padre.
Apartar tiempo para comulgar con el Señor nos da ocasión de orar y escuchar Su voz sin distracciones. El recogimiento nos permite enfocarnos en conectar profundamente con Dios, sabiendo que otras personas no nos interrumpirán, sobre todo cuando combinamos ese rato de aislamiento con silencio desconectándonos de todos los dispositivos de comunicación, teléfonos, computadores, etc.
Naturalmente, no es siempre necesario apartarse del ruido y las conversaciones para escuchar la voz del Señor, pues Él puede hablarnos en cualquier situación. En todo caso sí hay momentos en que es provechoso estar a solas y en silencio para acudir a Él y escucharlo. —P. Amsterdam [1]
No hay un lugar donde la mente se pueda renovar más plenamente que en el lugar secreto de la oración, a solas con Dios. —Virginia Brandt Berg
[1] P. Amsterdam Áncora A solas con Dios en cualquier época