Ira

Plenamente convencido de que Dios era también poderoso para hacer todo lo que había prometido. (Romanos 4:21 RVC)

¿Sueles ponerte a alabar y a demostrar respeto, y a ser lento para la ira? Cuando sientes la tentación de enojarte, ¿qué haces? ¿Te tranquilizas, haces una pausa y oras, de modo que puedas responder amablemente y con consideración? ¿O dices lo primero que te viene a la mente? Sea cual sea la situación o circunstancia, la mejor respuesta que puedes dar es una que sea amorosa y que denote consideración.

Responder con consideración significa que te refrenas de alzar la voz y enojarte, gritar, discutir o ser cruel en tus comunicaciones. Significa que tienes consideración por los sentimientos de la otra persona.

Levantar el tono de voz o gritarles a tus amigos o enojarte rara vez te ayudará a salirte con la tuya. Más bien, solo hará que los demás se sientan heridos, acusados, humillados y a la defensiva. Piensa en cómo te sentirías tú si estuvieras en el lugar del otro y alguien te estuviera gritando con mucho enojo.

Si alguien te hizo algo que te dolió, resuélvelo con amabilidad y consideración por los sentimientos de la otra persona. Es más probable que te escuchen si presentas tu modo de ver las cosas con humildad.

Puedes orar por un espíritu manso y tranquilo, por sabiduría y tacto, por amabilidad y paciencia. Ser amorosos y considerados al relacionarnos con los demás nos ayudará a tener amistades y relaciones saludables.—Christi S. Lynch [1]

Da tiempo a la ira. A menudo el retraso no quita fuerza, sino que a la fuerza añade un consejo razonable.—Tito Livio

[1] «Puedes controlar la ira» Áncora, febrero 11, 2020.

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