Es la gracia

Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es solo por la gracia de Dios que ustedes han sido salvados!) (Efesios 2:4-5 NTV)

 ¿En qué se diferencia el cristianismo de todas las otras religiones? Hace años se hizo esa pregunta en una conferencia. Algunos participantes sostuvieron que el cristianismo es único porque enseña que Dios se hizo hombre.
 Sin embargo, alguien objetó, arguyendo que otras religiones enseñan doctrinas parecidas. ¿Y la resurrección? No, se adujo que otras religiones creen que los muertos resucitan. Aquello se convirtió en un intenso debate.
 C. S. Lewis, un gran defensor del cristianismo, de inmediato comentó: «¡Ah! Eso es fácil. Es la gracia».
 ¡Cuánta razón tenía! El núcleo del evangelio es la suprema verdad de que Dios nos acepta sin condiciones cuando ponemos nuestra confianza en el sacrificio expiatorio de Su Hijo encarnado. Aunque no podemos evitar ser pecadores, Dios con Su gracia nos perdona totalmente.
 Es por Su gracia infinita que somos salvos, no por integridad, obras de justicia, guardar los mandamientos o ir a la iglesia.
 Cuando nos limitamos a aceptar el perdón total que nos ofrece Dios, recibimos la garantía de la vida eterna. En efecto, son buenas noticias. ¡Un evangelio excelente! ¡Un Salvador como no hay otro! —Anónimo [1]

 Jesús no prometió alterar las circunstancias en que estamos inmersos, pero sí prometió una paz inmensa y un gozo puro a quienes aprenden a creer que Él lo tiene todo en Sus manos. —Merlin Carothers

[1] Anónimo Áncora ¿Dónde vamos a encontrar la gracia?

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