No se avergüenza
Pero ellos anhelaban una patria superior; es decir, la celestial. Por eso Dios no se avergüenza de llamarse el Dios de ellos. (Hebreos 11:16 RVA2015)
Las personas que se nombran en el capítulo 11 de Hebreos no recibieron en la tierra lo que buscaban. «Anhelaban una patria mejor». No nos satisface este mundo. No nos satisface todo lo que tenemos ahora. Esperamos con ilusión una patria mejor: el Cielo.
«Por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos». Para mí esa es una de las afirmaciones más asombrosas de toda la Biblia. ¿Qué significa eso? Si Dios no se avergüenza de ti, ¿cómo se siente?
Está orgulloso de ti. ¿Por qué? Porque no te satisface este mundo, porque no tratas de establecerte en la tierra. Este mundo no es tu hogar. Porque buscas una patria mejor, una ciudad mejor que tiene fundamentos, un país mejor.
No sé qué otra palabra podría emplear para expresar ese concepto. Lo mismo ocurre cuando sientes orgullo por un buen desempeño de tus hijos.
Lo dice aquí mismo: «Por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos». —DBB
La ciudad de Dios será perfecta, porque Dios estará en ella. Él caminará en ella y hablará en ella y se manifestará en cada parte de ella. Todo lo bueno, bello, santo, pacífico, verdadero y feliz estará allí, porque Dios estará allí. Cuando deseamos esa ciudad más de lo que deseamos todo lo que ofrece este mundo, Dios no se avergüenza de ser llamado nuestro Dios. —John Piper
[1] Áncora No se avergüenza de ser llamado nuestro Dios