Un contacto personal
Deléitate en el Señor y Él te concederá las peticiones de tu corazón. (Salmos 37:4)
Debes establecer un contacto personal con Él. Tienes que tener un trato personal con Cristo. Tienes que acercarte a Jesús; porque no puedes tener un regalo sin el que lo hace, ni una bendición sin Quien la da.
Eso vale más que todos los regalos.
Ese contacto personal es muchísimo mejor que todas las bendiciones, porque no solo solucionas tus necesidades materiales, sino también las espirituales. Asimismo, da inmediatamente al alma nuevas perspectivas de gloria, nuevos logros y visiones de riquezas en Cristo Jesús que nunca soñaste.
Ojalá Dios revelara a cada uno de nosotros ahora que Cristo, que solo Jesús, es la necesidad más grande de nuestra vida y la única fuente de provisión, por encima de todas las demás cosas que son secundarias.
Revélanos, oh Señor, que no podemos disfrutar de las bendiciones sin Quien las da; de la victoria sin el Victorioso; de la luz sin el Sol de Justicia; de la fragancia sin la Rosa de Sarón; de la santidad sin Él que es Santo; de la curación sin Él que cura; y de vida en abundancia sin Quien la da. Porque Jesús es todo y está en todo, es la fuente de provisión y el arroyo que nunca se seca. —[1]
Las bendiciones de Dios vienen acompañadas de una completa posesión. Aferrarse a una parte de nuestro ser equivale a guardar un poco de muerte. En Su amor, Él lo pide todo. Es inútil negociar con Dios. —C. S. Lewis