Vivimos para la eternidad
Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos ardientemente al Salvador, el Señor Jesucristo. (Filipenses 3:20 RVA2015)
Nuestra verdadera ciudadanía no es de la Tierra. La Palabra de Dios dice: «Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo». Pablo decía que todas las cosas eran como nada, ¡las estimaba como pérdidas! No valían nada en comparación con lo que había recibido del Señor Jesucristo.
Nuestra actitud como ciudadanos del Cielo es separarnos de este mundo, no estar ligados a él. No conformarnos a este mundo, aunque estemos bien informados en cierto modo, pero debemos ser transformados al vivir en las cosas que son eternas y en la presencia del Señor Jesucristo, y vivir conforme a Su Palabra.
Debemos entender profundamente que vivimos para la eternidad y no para el presente. Nuestra ciudadanía celestial jamás debería ponerse en un lugar secundario.
¿Puedes confiar que en el Señor Jesucristo puedes tener provisión de Su fortaleza, Su poder y Su sabiduría para desempeñar un papel activo en Su servicio y en los asuntos del reino celestial de donde es tu verdadera ciudadanía? —Virginia Brandt Berg [1]
Solo Cristo es el fundamento de nuestra aceptación de Dios y el objetivo del deseo de nuestro corazón. Él es nuestra justicia y nuestra recompensa. —John Piper
[1] Áncora Considerarlo todo como pérdida