Su firma
De hecho, él les tiene contados aun los cabellos de su cabeza. (Lucas 12.7 NVI)
Dios nos creó que hizo que entre los seres humanos esas huellas dactilares fueran todas diferentes. Siendo miles de millones las personas que habitamos esta Tierra la huella digital de cada una es singular, irrepetible. Busqué en internet y muy rara vez se encuentra gente que tenga huellas parecidas. Ni siquiera las de los gemelos guardan similitud entre sí.
Dios dispuso esa unicidad en nuestras huellas digitales, junto con otras características distintivas de cada individuo. No nos elaboró en serie, como muñecas de fábrica, sino que se deleitó creándonos a Su imagen y semejanza y estampó en cada uno de nuestros dedos la huella de Su singular creación. Nos creó con amor, y Su Palabra dice que aún nuestros cabellos están contados.
En todo lo que nos rodea se aprecia la impronta de Dios y se hace evidente Su perfección. Toda Su creación lleva Su firma, Su marca, que dice que somos hechura Suya, y sobre todo que nos ama a cada uno como si fuéramos el único. —Sonia Escobar [1]
El miedo encierra, la fe libera; el miedo paraliza, la fe empodera; el miedo desalienta, la fe infunde ánimo; el miedo enferma, la fe sana; el miedo inutiliza, la fe otorga utilidad, y por sobre todo, el miedo instala la desesperanza en el corazón de la vida, mientras que la fe se regocija en Dios. Harry Emerson Fosdick (1878–1969)
[1] Conéctate La huella de Dios en mí