Quienes dejan el asunto en manos de Dios y confían
No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien. (Romanos 12:21 NVI)
¿Cómo debe reaccionar un cristiano ante un mal o un agravio?
Como reaccionó Cristo en circunstancias similares. Jesús optó por vencer el mal por medio del bien. Nosotros podemos hacer lo mismo, toda vez que la Biblia nos enseña.
En Su famoso Sermón del Monte, Jesús dijo: «Ustedes han oído que fue dicho: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen; de modo que sean hijos de su Padre que está en los cielos.» (Mateo 5:43–45)
Más adelante en ese mismo sermón Jesús explicó que obtenemos perdón y misericordia en la misma medida en que usamos de perdón y misericordia con los demás: «Porque si perdonan a los hombres sus ofensas, su Padre celestial también los perdonará a ustedes». (Mateo 6:14,)
Quienes se resienten, dan lugar a impulsos de venganza y se toman la justicia por su mano en vez de confiar en que Dios resuelva las cosas, normalmente, acaban armando un lío peor. En lugar de obtener satisfacción y ver aliviado su dolor, terminan llenos de remordimientos y con gran necesidad de ser perdonados ellos mismos.
En cambio, quienes dejan el asunto en manos de Dios y confían en que Él enmendará las cosas a Su tiempo, encuentran «la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento». (Filipenses 4:7) —Alex Peterson [1]
El perdón es una fuerza que resucita a una vida nueva e infunde el valor para mirar el futuro con esperanza. —Papa Francisco
[1] Conéctate La reacción propia de un cristiano