Quédate quieto y verás
Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. (Éxodo 33:14)
¿Qué debe hacer el creyente en tiempos lúgubres? Guardar silencio y escuchar. Depositar su confianza en el nombre del Señor, apoyarse en su Dios. Quedarse quieto, como dice el versículo, quedarse quieto y escuchar.
Lo primero que conviene hacer es no hacer nada, quedarse quieto. Aunque vaya a contrapelo de la naturaleza humana, es lo más atinado que podemos hacer. Un viejo adagio reza: «Cuando estés nervioso, no te apures». Dicho de otro modo, cuando no estés seguro de lo que debes hacer, no reacciones apresuradamente, a tientas y a ciegas, esperando que se dé lo mejor.
Quédate quieto y verás lo que hará Dios. Cuando nos serenamos y confiamos en Él, le damos oportunidad de obrar. Con frecuencia al preocuparnos le impedimos hacer todo lo que podría hacer. Si estamos distraídos y tenemos el espíritu turbado, no le dejamos hacer mucho por nosotros. La paz de Dios debe tranquilizarnos y dar reposo a nuestra alma.
Pon tu mano en la mano de Dios y déjate llevar por Él hacia el radiante sol de Su amor. Procura la quietud. Da lugar a que Él intervenga en tu favor.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. —Virginia Brandt Berg [1]
La paz no equivale a la ausencia de problemas sino a la presencia de Dios. —Anónimo
[1] Áncora Quédate quieto