¿Por qué Dios eligió a los pastores?
Había pastores en aquella región que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y un ángel del Señor se presentó ante ellos y la gloria del Señor los rodeó de resplandor. (Lucas 2:8-9 RVA-2015)
Según algunos historiadores, en aquella época los pastores se consideraban los más inferiores de todos. El término que los fariseos emplean en algunas versiones de la Biblia para referirse a ellos se traduce como «pecadores». Era un término peyorativo que significa vil y sucio. No se les consideraría dignos siquiera de ofrecer un sacrificio a Dios, mucho menos de ser las personas importantes que representaran a la humanidad en la ceremonia de Su llegada a la tierra.
En la actualidad, eso tal vez sería igual a que un coro de ángeles se apareciera a un grupo de personas sin hogar que duermen en la calle en cajas de cartón o que acampan bajo el puente de una autopista. Dios se fija en el corazón. No le importa si alguien viste con harapos o lleva ropa espléndida.
¿Por qué Dios eligió a los pastores? ¿Por qué ofrecería aquel inestimable privilegio a quienes no eran dignos a los ojos de los hombres? Es posible que se debiera a que Él sabía que ellos creerían, que tendrían una fe pura y sencilla.
Los pastores no solo recibieron honor de parte de Dios, también se les dio la misión —además de la tarea privilegiada— de comunicar a otros la buena noticia.
Podemos imitar el ejemplo Divino de testificación que nos dio el Señor si damos con libertad el mensaje de Jesús, independientemente de la apariencia de las personas o de su condición social. Dejen que el Señor les conmueva el corazón de modo que comuniquen Su amor a los que lo necesitan. —Maria Fontaine [1]
Oremos para recibir a Jesús en Navidad, no en el frío pesebre de nuestro corazón, sino en un corazón lleno de amor y humanidad, un corazón con afecto hacia el prójimo. —Madre Teresa
[1] Áncora Aquellos sucios pastores