la paz de mente y corazón
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera, porque en Ti ha confiado. (Isaías 26:3)
Dios ha prometido en Su Palabra ser el refugio que anhelamos. El libro de Isaías asegura: Porque has sido fortaleza para el pobre, una fortaleza para el necesitado en su aflicción, protección en la tormenta y sombra en el calor. (Isaías 25:4)
De manera que, en efecto, podemos encontrar la paz de mente y corazón que buscamos al acudir a Dios. Resulta imprescindible concentrarnos en Él.
El problema es que el enemigo de nuestra alma quiere que miremos los vientos y las olas de la actualidad y olvidemos que Dios está con nosotros.
Dios quiere que superemos el temor mediante la fe. Dios anhela dirigirnos. Quiere valerse de nosotros al máximo de nuestra capacidad. Nuestro trabajo es buscarlo con fervor y diligencia para determinar lo que Él quiere que hagamos. Cuando el temor y la preocupación tocan a nuestra puerta, podemos seguir el ejemplo del rey David: “El día en que tengo temor yo en Ti confío. En Dios, cuya palabra alabo, en Dios he confiado. ¡No temeré lo que me pueda hacer ningún mortal!” (Salmo 56:3-4)
Acerquémonos a Dios en absoluta confianza y fe en que Él es capaz de realizar con abundancia todo lo que pedimos o pensamos. —Dennis Edwards [1]
Cristo no dijo: "Te daré reposo de tus penas", sino que Él dijo: "Te daré reposo en medio de tus penas". No prometió un seguro contra problemas, sino darte seguridad en medio de ellos. —Billy Graham
[1] Áncora Refugio en Dios