La luz en el interior de los creyentes resplandecerá
Tu ojo es como una lámpara que da luz a tu cuerpo. Cuando tu ojo está sano, todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo está enfermo, tu cuerpo está lleno de oscuridad. (Lucas 11:34)
Según los conocimientos médicos de la antigüedad, se decía que los ojos no permitían entrar la luz, sino más bien que la gente tenía luz en su interior y esa luz salía de sus ojos, y así podía ver. Lo que dijo Jesús refleja ese antiguo concepto. Los que escuchaban habrían interpretado que Jesús se refería a los ojos como la fuente de luz que provenía del cuerpo y que estos podrían estar sanos o enfermos. Si el ojo está sano, indica que la persona en su interior está llena de luz, que es lo que el ojo emite. Sin embargo, si el ojo no está sano y por lo tanto no emite luz, demuestra que la persona está poblada de oscuridad.
Jesús se refería al ser interior de una persona, a su condición espiritual. Si el ojo no estaba sano, entonces el ser interior de esa persona era oscuro, desprovisto de luz espiritual: moralmente no estaba sana.
La luz en el interior de los creyentes resplandecerá cual lámpara encendida. Los que creen en Él y en Sus enseñanzas, sin dureza de corazón, en su interior están sanos espiritualmente, llenos de luz. Resplandecerán con la luz de Jesús de la misma manera que en una habitación oscura una persona destaca cuando una luz brilla sobre ella.
“Tú, Señor, mantienes mi lámpara encendida; tú, Dios mío, iluminas mis tinieblas.” (Salmo 18:28) —Peter Amsterdam [1]
Eres la luz del mundo. Eres un instrumento de la Divinidad. Eres el mayor milagro del mundo. La vida se enriquece con tu presencia. —Iyanla Vanzant
[1] Conéctate Jesús, Su vida y mensaje: Luz