El Cielo es real
Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. (1 Corintios 13:12)
Jesús quiere que comprendamos el amor que reina en el Cielo y que al mismo tiempo tengamos conocimiento del lugar que nos aguarda a quienes lo amamos, una vez que trascendemos el velo de esta vida.
La misma alegría, amor, paz y contentamiento que los salvos apenas si logramos saborear aquí en la Tierra, allá predominan y los experimentaremos en abundancia. Él quiere que comprendamos la plenitud del amor que experimentaremos y el cumplimiento de las promesas que nos ha hecho.
El Cielo es real; la muerte no es más que la puerta por la que pasamos de la vida que ahora vivimos, a la eternidad. Muchos dicen que cuando traspasamos el umbral de la muerte se acaba todo, es el final. Pero se equivocan.
El umbral de la muerte es la entrada a una nueva vida: La vida del otro lado del veloque separa esos dos mundos. Seguimos siendo nosotros mismos.
Conservamos nuestra individualidad. No dejamos de vivir, madurar y aprender. Nuestro espíritu sigue adelante. —Tomado de las 12 piedras fundamentales. [1]
En el espléndido reino divino del amor —cualesquiera que sean nuestras limitaciones aquí—gozaremos de paz interior y satisfacción de espíritu. No sentiremos ningún temor; nuestras necesidades serán satisfechas en abundancia. Allí podremos hallar verdadero amor y llenar los espacios vacíos de nuestra vida, corazón, mente y espíritu. —Tomado de las 12 piedras fundamentales.
[1] Tomado de las 12 piedras fundamentales. Áncora ¿Cómo es el Cielo?