Creados iguales

 ¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas y para que te preocupes de él? (Job 7:17 RVA2015)

 Dado que Dios valora a los humanos, cada uno de ellos tiene un valor intrínseco, esencial. Eso debería motivarnos a estimar a cada ser humano. Todos los humanos —independientemente de su sexo, raza, color de tez o credo— fueron creados iguales

 Cada persona lleva en sí la impronta de Dios y debe ser respetada y tratada en consecuencia. Ni la posición social ni la situación económica menoscaban el valor intrínseco de una persona.

 Los recién nacidos, los niños, los ancianos, los enfermos, los discapacitados, los que sufren minusvalías mentales, los nonatos, los hambrientos, las viudas, los presidiarios, aquellos con quienes no coincidimos, aun nuestros enemigos —en resumidas cuentas, todos los seres humanos, cualquiera que sea su condición, circunstancias o creencia religiosa— se dignifican por ser portadores de la imagen de Dios y por tanto merecen la misma honra y respeto de parte de los demás seres humanos. —P. Amsterdam [1]

 El valor y la importancia temporales y eternos de cada persona son inestimables. Siendo criatura de Dios hecha a imagen de Dios, el hombre tiene un valor intrínseco inalienable… Todo ser humano viviente tiene un valor intrínseco —independientemente de que sea rico o pobre, hombre o mujer, culto o no, de tez clara u oscura—, pues se trata de una persona espiritual, activa, cuya existencia no tiene fin, como Dios. —Lewis y Demarest

[1] P. Amsterdam Áncora Cada persona es importante

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