Grandes lecciones por medio de pequeños actos

Ella ha hecho lo que podía… (Marcos 14:8)

 La famosa frase de John F. Kennedy: «No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino más bien, qué puedes hacer tú por tu país», podría parafrasearse así para cristianos: «No preguntes qué puede hacer Dios por ti, sino más bien qué puede hacer Dios contigo».
 Desde que era niño siempre quise hacer cosas grandes por Dios. Deseaba que Él se valiera magníficamente de mí. No obstante, en el transcurso de la vida he llegado a comprender que para la mayoría de nosotros que amamos a Dios, los medios más eficaces de transmitir el amor de Dios a los demás, no son los más imponentes y llamativos, sino los que a veces parecen más intrascendentes.
 La Biblia muchas veces nos enseña grandes lecciones por medio de pequeños actos. Por ejemplo, cuando Jesús, «levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas. Vio también a una viuda muy pobre que echaba allí dos blancas (dos moneditas). Y dijo: —En verdad os digo que esta viuda pobre echó más que todos». (Lucas 21:1-4)
  Este pasaje me dice que además de no basar mi relación con Dios en lo que Él pueda hacer por mí, tampoco debo preocuparme si estoy haciendo suficiente por Él. Me puedo concentrar simplemente en hacer lo que está dentro de mis posibilidades. Mi oración es seguir haciendo lo que buenamente pueda, por muy pequeño que parezca, por imperceptible o insignificante que sea. —Simon Bishop [1]

 Si crees en un Dios que controla las cosas grandes, tienes que creer en un Dios que controla las cosas pequeñas. Somos nosotros, por supuesto, a quienes las cosas nos parecen 'pequeñas' o 'grandes'». —Elisabeth Elliot

[1] Conéctate Hacer lo que puedo

Previous
Previous

No hay ninguna otra forma

Next
Next

Puedo relajarme y no preocuparme