Es valiosísima
Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Más tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte otra cosa. (Santiago 1:2-4 RV)
La paciencia es una virtud; es valiosísima. Aumenta únicamente por medio de la experiencia. Así pues, atesora las veces en que tu paciencia se pone a prueba, y no esperes con intranquilidad que te rescate antes de tiempo. Aprovecha al máximo cada prueba. Entiende que tengo un propósito y un plan que dará el mejor resultado para ti.
¿Tomarás el camino de la impaciencia, de la queja, de la autocompasión y angustia de corazón y mente? ¿O seguirás la senda de la paciencia, la aceptación, la confianza y la determinación de sacar el máximo jugo a ese tiempo en que esperas que Yo actúe?
No hay duda de que la segunda senda se recomienda. Llegarás a tu destino con deleite, feliz y con satisfacción por la caminata; y lucirás los desarrollados y tonificados músculos de la paciencia. En cambio, si tomas el primer camino, llegarás sin ánimo, débil, cansado y con temor hacia lo que ponga en tu camino a continuación.
Elige la senda de la paciencia y confianza en todo momento, y no te arrepentirás. Podré llevarte a tu destino más rápidamente y agradecerás los dones que habrás adquirido durante la travesía. —Jesús [1]
Cuando la vida se vuelva en tu contra, deja que la oración del salmista se convierta en la tuya: " Muéstrame, oh SEÑOR, tus caminos; enséñame tus sendas”.(Salmos 25:4) —Billy Graham
[1] Áncora Nunca te fallaré