El temor no es fe

No se turbe su corazón; crean en Dios, crean también en Mí. (Juan 14:1 NBLH)

 Las dos principales causas de temor y preocupación son el pasado y el futuro —remordimientos por el pasado o miedo al futuro— y la Palabra de Dios nos prohíbe preocuparnos por cualquiera de las dos cosas. Si estás en el Señor eres Su hijo y no hay nada por lo que debas preocuparte.
 La preocupación es señal de temor y el temor no es fe. «El temor lleva en sí castigo», y la falta de fe puede ser a veces algo terrible y espantoso. En cambio la fe y la confianza en Dios producen una sensación de reposo físico, paz interior, contentamiento de corazón y bienestar espiritual. La fe es lo que evita las preocupaciones. La fe es lo que aleja el temor.¡El principio de la fe es el final de la preocupación! Cuando confías en el Señor sabes que Él velará por ti y que no tienes por qué preocuparte.
 «No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio». ¡Por eso encomienda tus caminos, tu vida, tu mente, tus pensamientos y tu tiempo al único y sabio Dios, nuestro Salvador! «Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará». ¡Sus hombros son tan anchos como para llevar cualquier peso!  David Brandt Berg [1]

 No pujes con tus propias fuerzas; arrójate a los pies del Señor Jesús y espera en Él, con la certeza y confianza de que Él está en ti y obra por medio de ti. Persiste en la oración, deja que tu corazón se llene de fe, y así te fortalecerás en el Señor y en el poder de Su fuerza. Andrew Murray (1828–1917)

[1] Áncora Amor que echa fuera el temor

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