Él llama de la misma manera

Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. (Marcos 16:15)

 A nosotros que somos Sus discípulos, Sus seguidores, nos ha encargado la misma misión. Es posible que no entendamos plenamente todo lo que se puede saber de Dios, de Jesús, de teología, etc., pero si somos discípulos ya sabemos más que suficiente para esforzarnos por amarlo, vivir para Él, aplicar en nuestra vida Sus enseñanzas y conducir a otros hacia Él.
 Si bien Jesús tuvo muchos discípulos, por lo visto los evangelistas no vieron la necesidad de contar cómo fue que los demás llegaron a conocerlo y seguirlo. En los casos particulares que sí describieron, se observa que hubo una respuesta inmediata por parte de los llamados y que se produjo un cambio radical en su vida.
 Jesús no solo llamó a esos hombres a creer, sino también a actuar, a seguirlo, a dejar que Él los convirtiera en individuos que pescaran personas, que transformaran corazones y vidas.
 Él llama de la misma manera a los creyentes de hoy en día. ¿Estamos dispuestos a orientar hacia Él nuestra vida, nuestras acciones, nuestro corazón y todo nuestro ser? ¿Estamos dispuestos a aplicar Sus enseñanzas a nuestra vida cotidiana? ¿Procuramos pescar a los que lo buscan? Si somos discípulos, la respuesta a esas preguntas será afirmativa. —Peter Amsterdam [1]

En nuestra fe seguimos los pasos de alguien. En nuestra fe dejamos huellas para guiar a otros. Es el principio del discipulado. —Max Lucado

[1] Áncora Los discípulos de Jesús

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