El cimiento de nuestra fe
Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. (Romanos 15:4 NIV)
La Palabra y nuestra relación con el Señor son los factores inmutables de nuestra vida de cristianos y nuestro servicio al Señor. En nuestra vida todo puede cambiar, nuestras circunstancias, estado de salud, hogar, país de residencia, ministerio, pero Su Palabra nunca deja de guiarnos y de ser una presencia perdurable en nuestras vidas. Es nuestra ancla espiritual, nuestra brújula moral y espiritual, la sangre que nos da vida, nuestro gozo, nuestra paz, nuestra esperanza, nuestra motivación y nuestro consuelo.
La Palabra ha sido y sigue siendo la esencia de nuestra naturaleza, de nuestra forma de vida, nuestras creencias, nuestros valores, nuestra misión, nuestra forma de criar a nuestros hijos, nuestra forma de conducirnos.
Su vínculo con el Señor es un tesoro invaluable, la perla de mayor precio, algo de inmenso valor. En el marco del amplio túnel de los principios cristianos, lo que Él quiere es acompañarlos en su vida personal de fe.
Aunque cada uno de nosotros tiene que conectarse personalmente con el Señor y buscar Su voluntad para él mismo, la Palabra de Dios sigue siendo el cimiento de nuestra fe. —Maria Fontaine [1]
Observa a Jesucristo. Cada vez que estuvo en problemas usó la Palabra de Dios. Cuando fue tentado usó la Palabra. Cuando estaba sufriendo en la cruz usó la Palabra. —Timothy Keller
[1] Áncora La Palabra es el factor constante