Dices…

Por la misericordia de Dios no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron Sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es Tu fidelidad. (Lamentaciones 3:22-23)

 Jeremías hace que su meditación gire en torno a las veces en que el Señor no lo defraudó y dice: «Esto recapacitaré en mi corazón.» Y prosigue diciendo que esperará serenamente la salvación del Señor, y tranquiliza su corazón con la seguridad de que los recursos de Dios no se agotarán en la hora de grandes pruebas o tribulaciones. Dice: «Porque el Señor no desecha para siempre», y si permite el dolor, «también se compadece según la multitud de Sus misericordias. Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres.» (Lamentaciones 3:22-33)
 El momento de la gran prueba debería ser también un momento de iluminación divina, al descubrir con total seguridad que los recursos de Dios son suficientes y no fallan para cada necesidad que uno pueda tener debido a Su gran fidelidad.
 Dices: «En ocasiones he sido tan infiel que no puedo tener la fe y la confianza de que el Señor me va a ayudar.» Sin embargo, Dios todavía perdona. Limpia y restaura. Acude a Él hoy mismo y confiésaselo. Él te ama y te dice: «No te fallaré ni te abandonaré.»
 Él ha prometido hacerte notoria Su fidelidad, porque Él sigue en el trono y la oración cambia las cosas. ¡Grande es Su fidelidad! Aférrate a ella hoy mismo.  Virginia Brandt Berg [1]

 Debido a que Dios es fiel, podemos tener paz interior en cualquier circunstancia, aun frente a la muerte. Aunque con el tiempo cambiaremos y las estaciones de la vida vienen y se van, nuestro Dios fiel es siempre el mismo. —Tomado de In Touch Ministries

[1] Áncora La fidelidad de Dios

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