Conocer a Jesús
El amor que tengan unos por otros será la prueba ante el mundo de que son mis discípulos. (Juan 13:35 NVT)
Amar a los tuyos: Eso significa que lo que nos distingue como seguidores de Jesús no es solamente el trato que damos a desconocidos, sino particularmente cómo tratamos a otros cristianos. Me atrevería a decir que Jesús sabía que cualquiera puede presentar una linda fachada y portarse amablemente con un desconocido por un rato. Sin embargo, lo que realmente pone de manifiesto nuestro corazón es la forma en que tratamos a los de nuestra propia casa, iglesia o fe.
No ser hipócritas: Si solemos ser malhumorados, temperamentales, chismosos o desconsiderados, resulta difícil decirle a la cajera «Jesús te ama» y albergar alguna esperanza de que alguien nos crea. La mayoría de nuestras relaciones son con personas con quienes interactuamos todo el tiempo, en el trabajo, en el colegio, en nuestro vecindario. Mostrarnos alegres, considerados y prestos a servir a los demás puede tener buenas repercusiones.
Conducirse con naturalidad: No es necesario que cada testimonio que damos de nuestra fe sea intenso. Ese tipo de conversación informal bien puede servir para picar la curiosidad.
Estas pautas son bastante elementales. No obstante, dar a conocer a Jesús —de una forma u otra— debería ser algo bastante elemental y habitual en nuestra vida cotidiana. —Marie Alvero [1]
…pueden iluminar una cara angustiada. Un obrita de amor que un cristiano realice puede dar arrestos a un hombre cansino. Un impulsito cuando la batalla arrecia puede ayudarnos a llegar a destino. —Walter Isenhour (Un empujoncito)
[1] Conéctate Volver a lo esencial