La luz de nuestro camino
La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto. (Proverbios 4:18 RVR1995)
Cuando reflexionamos sobre nuestro pasado, a menudo nos arrepentimos de algunas cosas y deseamos haber hecho esto, aquello o lo otro, o por lo menos haber hecho ciertas cosas mejor.
El Señor sabe exactamente cómo se siente cada uno de nosotros; lo sabe mejor que nadie en la tierra, porque conoce nuestro corazón y pensamientos.
Todos nuestros pensamientos y cada uno de nuestros actos están escritos en Su libro. También están escritos los resultados de nuestros pensamientos, oraciones y actos; las veces que se cambió de opinión, los corazones que se conmovieron, las vidas que se transformaron y el efecto que tuvimos en la gente que nos rodea y en el mundo.
Cuando reflexionamos en nuestro pasado, solo vemos una pequeña parte de él, y de manera imperfecta. Pero el Señor ve que así se forjan los hombres y las mujeres: que por medio de todas esas experiencias, hemos adquirido gran compasión, que hemos obtenido sabiduría y que llegamos a tener madurez.
El Señor prometió alumbrar la senda de nuestro futuro, a medida que nos guía hasta ese día en que Él reconcilie consigo todas las cosas. —M. Fontaine [1]
Dios colma de paz al alma que se entrega a Él sin reservas. Mientras más nos acercamos a Él, más fuertes, firmes y tranquilos nos volvemos. —Jean Grou
[1] M. Fontaine Áncora Prosigo