Un nuevo tú
Ya no se acuerden de las cosas pasadas; no hagan memoria de las cosas antiguas. Fíjense en que yo hago algo nuevo, que pronto saldrá a la luz. ¿Acaso no lo saben? (Isaías 43:18-19 RVC)
El inicio de un nuevo año es un momento interesante. Lo veo como la línea divisoria entre el pasado y el futuro. A menudo recordamos experiencias del año anterior y miramos hacia lo que traerá el nuevo año.
Recuerda que lo que te depare el año nuevo dependerá mucho de lo que aportes tú.
Procura dedicar tiempo a la reflexión. Dedica un rato a repasar los compromisos que hayas adquirido con el Señor. Pasa un tiempo preguntándole cómo estás y escúchalo. Y luego toma medidas para que el año nuevo sea aún mejor.
No te ancles en el pasado, ya sea el año anterior o apenas ayer. Hoy es otro día, una nueva oportunidad de ser una persona renovada.
Cambia hoy mismo, y verás lo que hace el Señor contigo. —P. Amsterdam [1]
Como un libro abierto el Año Nuevo veo, y en la portada escrito «Mi vida» leo.
Abro el volumen y echo una ojeada: las páginas están en blanco, no dice nada. Pues soy escritora, y la pluma en mis manos escribe lo que leerán otros humanos.
¿Cómo será el libro en que escriba mi vida para que un día por otros sea leída? Una página escribo cada jornada; ¿valdrá la obra algo cuando esté terminada?
Ayúdame, Señor, a no hacer borrones y vivir lo que querría escribir en estos renglones. —Gertrude Laura Gast
[1] P. Amsterdam Áncora Año nuevo; nuevos compromisos