Discipulado

Él nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito Suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos. (2 Timoteo 1:9)

 Un discípulo es un seguidor de Jesús, un aprendiz, uno que sigue las pisadas de su maestro, un partidario, uno que aspira a ser como Jesús.
 Un discípulo desea estudiar, aprender y a continuación seguir y aplicar lo que su profesor le enseña. Nosotros somos pupilos de Jesús; Él es nuestro Maestro.
 No solo ansiamos conocer cómo fue Su vida en la Tierra, cuáles son las verdades contenidas en la Palabra de Dios y cuál es Su naturaleza y forma de ser, sino que también anhelamos seguir Su ejemplo y conducirnos como Él nos ha enseñado, amar como Él amó y vivir conforme a la fe.
Ese discipulado se traduce en una relación viva entre Jesús y Sus seguidores. La esencia del discipulado consiste en amar a Jesús y cultivar una relación personal con Él.
 El discipulado también está condicionado por la fe en Su Palabra. Requiere dedicación y compromiso. Exige receptividad y obediencia a la persuasión del Espíritu. —P. Amsterdam [1]

 Es el corazón quien siente a Dios, y no la razón. Esto es lo que es la fe: Dios sensible al corazón, no a la razón. —Blaise Pascal

[1] P. Amsterdam Áncora Discipulado

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