Un espíritu de inspiración

A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra. (Salmos 121:1-2 NVI)

 La naturaleza es una magnífica fuente de inspiración. La creación de Dios es una prueba constante y asombrosa de Su poder y diseño. Además de ser increíblemente bella en sus múltiples formas, la naturaleza también pone de relieve el poder de Dios y Su amor por la humanidad.
 La naturaleza es una fuente estupenda de la que extraer inspiración, pues el genio divino se pone en evidencia en la obra de Sus manos.
 La majestad de la creación es un recordatorio constante de que Dios, quien lo creó todo, es soberano y más que capaz de sobrellevar todas las cargas, temores, preocupaciones y oraciones que le encomendamos.
 Cuando recordamos esa gran verdad podemos echar nuestras cargas sobre Él con mayor facilidad, lo que nos aligera el espíritu y nos da inspiración y esperanza para el futuro. —P. Amsterdam [1]

La próxima vez que te sientas muy desanimado, observa bien lo que te rodea. Haz una pausa por un momento; mira hacia arriba y contempla la belleza. Agradece al Señor por ella, y también da gracias por los ojos con los que puedes contemplarla. Regocíjate, porque tu socorro viene del poderoso Creador que hizo todos los bellos paisajes que te rodean. ¡Regocíjate y da gracias a Dios por todo eso! —Ann Shorb

[1] Áncora La creación proclama

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