Todos fallamos alguna que otra vez

Y el Padre, quien conoce cada corazón, sabe lo que el Espíritu dice, porque el Espíritu intercede por nosotros, los creyentes,[a] en armonía con la voluntad de Dios. (Romanos 8:27 NVT)

 Aunque fallemos, el Señor nunca falla. Por muchas veces que le hayas fallado, Él no te fallará, te sacará adelante. Lo mejor que puedes hacer cuando enfrentes el fracaso es mantener los pensamientos en el Señor. Confía en Él.
 Todos fallamos alguna que otra vez. En realidad, todos fallamos con frecuencia.
 Probablemente el Señor permite que fallemos para que no tengamos un concepto demasiado elevado de nosotros mismos. De no haber fallado nunca, te podrías felicitar a ti mismo, pero el fracaso te vuelve más humilde y dependes más del Señor.
 No debes sentirte culpable ni preocuparte por errores y fracasos; sino tener la actitud opuesta y alegrarte por lo bueno que puede salir de tu fracaso. Puedes sentir agradecimiento de que no fallaste demasiado ni causaste un problema que no se pudiera remediar fácilmente.
 Es posible que sintamos remordimiento, pero debemos darle gracias al Señor, porque es fabuloso que aprendamos todo eso. Es hasta una bendición el que podamos fallar a veces, porque muchas veces logramos nuestras mayores victorias de aparentes derrotas.
 Así pues, no dejes de mirar hacia arriba y conserva una actitud positiva al respecto. Puede que el Señor haya dejado que estuvieras confundido en cuanto a esas cosas solo para que te ayude a ser más humilde. —Maria Fontaine [1]

 El mayor error que cometemos es vivir con el temor constante de cometer uno. —John C. Maxwell

[1] Áncora El fracaso: a la victoria por la derrota

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