Resuélvelo con amabilidad y consideración

Los que tienen entendimiento no pierden los estribos; los que se enojan fácilmente demuestran gran necedad.  (Proverbios 14:29 NTV)

 ¿Sueles ponerte a alabar y a demostrar respeto, y a ser lento para la ira? Cuando sientes la tentación de enojarte, ¿qué haces? ¿Te tranquilizas, haces una pausa y oras, de modo que puedas responder amablemente y con consideración? ¿O dices lo primero que te viene a la mente? Sea cual sea la situación o circunstancia, la mejor respuesta que puedes dar es una que sea amorosa y que denote consideración.
 Responder con consideración significa que te refrenas de alzar la voz y enojarte, gritar, discutir o ser cruel en tus comunicaciones. Significa que tienes consideración por los sentimientos de la otra persona.
 Si alguien te hizo algo que te dolió, resuélvelo con amabilidad y consideración por los sentimientos de la otra persona. Es más probable que te escuchen si presentas tu modo de ver las cosas con humildad.
 Puedes orar por un espíritu manso y tranquilo, por sabiduría y tacto, por amabilidad y paciencia. Además puedes pedirle a Jesús que te ayude a no juzgar apresuradamente, y a no ser duro con tus palabras y modo de actuar.
 Jesús nos puede dar el poder para ser lentos para la ira, pacientes, considerados, amables, perdonadores y alentadores.
 Ser amorosos y considerados al relacionarnos con los demás nos ayudará a tener amistades y relaciones saludables. —Christi S. Lynch [1]

 Piensa antes de hablar: Reflexiona antes de reaccionar. Eso siempre contribuirá a que disminuya tu ira. —Rick Warren

[1] Áncora Puedes controlar la ira

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Gracias al poder del Espíritu de Dios