Reservado para Mí

Porque él sacia al alma sedienta y llena de bien al alma hambrienta. (Salmos 107:9 RVA2015)

 «No hay nadie que realmente me entienda y que sienta lo que yo siento.» Ese es nuestro clamor ante situaciones semejantes.
 ¿Acaso Dios —que nos creó como almas vivientes— cometió un error al concebir Su obra maestra, la raza humana? ¿Dejó algún vacío en nuestra naturaleza?
 Esos interrogantes tienen respuesta. Ese vacío, esa carencia que sentimos, denota la necesidad que tiene nuestra alma de acercarse a Dios. Él sabía que cuando echáramos en falta la compasión humana, acudiríamos en busca de la misericordia divina.
 Sabía que ese sentimiento de alienación sería precisamente lo que nos impulsaría hacia Él.Dios nos creó para Sí mismo. Ansía nuestro amor.
 Por eso colocó un letrerito en nuestro corazón que reza: «Reservado para Mí». Él anhela ocupar el primer lugar en cada corazón y por ese motivo se ha guardado la llave secreta, la llave para abrir todas las recámaras de nuestro ser y bendecir con perfecta paz y armonía a cada alma solitaria que acuda a Él.
 Dios mismo es la respuesta, el cumplimiento. Hasta que llene ese vacío interior, jamás nos sentiremos completamente satisfechos. Nunca nos veremos perfectamente libres de la soledad hasta que Él colme nuestra existencia. —VBB [1]

 ¿Es tu vida prueba viviente de la existencia de Dios? Si queremos que otros vean el universo como el poema que es, debemos convertirnos en el poema que estamos destinados a ser. —Ravi Zacharias

[1] Áncora El poema de Dios

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