¡Pues acéptalo!
Pero pida con fe, no dudando nada. (Santiago 1:6a)
La fe es un don de Dios, y Él nos da el poder de recibir solo si somos fieles en orar y leer Su Palabra. Con mucha frecuencia, pedimos pero no creemos a Dios, y por eso no recibimos nada.
Una vez le pedí algo a Dios por mucho tiempo. Al meditar al respecto, el Señor me dijo: «¡Pues acéptalo! ¡Acéptalo! ¿Por qué no lo aceptas?»
Lo más importante es recordar cuán veraz es la Palabra de Dios. Debes creerla a pesar de todas las contradicciones que expresan las personas y las circunstancias y condiciones que te rodean. Dios siempre es fiel, pero con frecuencia el Diablo, que es mentiroso, nos tienta a aceptar y creer más en nuestras circunstancias y sentimientos que en la Palabra de Dios.
No entristezcamos a Dios pidiendo una señal, alguna prueba visible. Aceptemos Su Palabra, creámosla, y jamás nos fallará. Puedes apoyarte en la Palabra y habiendo acabado todo, pararte firme, porque Dios está en el trono y la oración cambia las cosas, y si crees las cambiará para ti. —V.B. Berg [1]
Aunque mis necesidades me obliguen a recurrir a la oración, es ahí cuando me enfrento cara a cara con mi mayor necesidad: un encuentro con el propio Dios. —Philip Yancey
[1] Áncora Seguridad de recibir lo que se espera