Podemos optar por…

Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones. (Hebreos 10:24 NVT)

 Te preguntarás: ¿Por qué tiene que haber diferencias, susceptibilidades,
malentendidos, celos, resentimientos, complejos de inferioridad, sacrificios, discusiones, altibajos emocionales, temores, desengaños
y adversidades?  No parece que eso sirva para forjar una relación sólida
 Si no conociéramos dificultades en la vida, nos costaría aprender a ejercitar las cualidades que nos hacen mejores personas:la paciencia, la comprensión y el perdón.
 Podemos optar por amoldarnos, por volvernos mejores personas, por acudir al Señor para que nos dé más amor.
 Lo que importa es nuestra manera de afrontar las circunstancias de la vida, nuestra reacción ante ellas. ¿Aprendemos de nuestras dificultades y mejoramos, o nos endurecemos? ¿Nos volvemos más humildes o más soberbios? ¿Recurrimos a nuestra inventiva para resolver los conflictos, o nos desmoralizamos por completo?
 Aun cuando nos esforzamos al máximo y crecemos y maduramos, siempre hay nuevos retos. Así lo ha establecido Dios. Así es la vida. Vencemos una dificultad y pasamos a la siguiente. Pero cada victoria constituye un paso hacia adelante.
 Cada logro es una experiencia gratificante. Cada triunfo nos permite seguir avanzando por la senda del progreso. —M. Fontaine [1]

A mayor dificultad, mayor la gloria en superarla. Los pilotos hábiles ganan su reputación en las tormentas y tempestades. —Epicteto

[1] Conéctate Año 19, número 7

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