Pequeñas acciones de amor
Así que entonces, hagamos bien a todos según tengamos oportunidad, y especialmente a los de la familia de la fe. (Gálatas 6:10 NBLH)
Es mucho más difícil amar a las personas con las que trabajamos y con las que nos relacionamos diariamente. La gente tal vez tenga hábitos que no son de nuestro gusto, peculiaridades que nos molestan, rasgos de personalidad que nos desesperan. Sin embargo, el Señor pone a esas personas junto a nosotros y dice que es nuestro deber amarlas y ayudarlas cuando nos resulte posible.
A nuestro alrededor hay personas que libran batallas contra el desaliento y necesitan nuestra comprensión, que se sienten solas, que están enfermas y que necesitan ánimo. Siempre se puede hacer algo para manifestar un poco de amor, interés y consideración a cada persona con la que uno se cruza durante el día. No desaprovechemos una sola oportunidad de ser instrumento de Su amor —Sus manos, Sus pies, Su voz— para ayudar a otros y manifestarles Su amor.
El Señor ha sido muy específico en Su Palabra, y nos toca a nosotros hacer lo que nos corresponde para ejercitar el don de amor que nos ha otorgado. Es posible que eso no se traduzca en obras evidentes, extraordinarias ni gloriosas, sino más bien en pequeños detalles de la vida cotidiana —pequeñas acciones de amor, pronunciar diariamente palabras de aprecio y realizar actos de bondad para indicar que nos importa. —Maria Fontaine [1]
A la gente nunca le importa cuánto sabes hasta que saben cuánto te importan. —John C. Maxwell
[1] Áncora Llamado a amar