Es lo que pido de ti
Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar. (Proverbios 3:6 NTV)
Me afecta el fracaso. Me molesta cuando no consigo hacer algo que creía que podía o debía haber hecho. Me enfada cuando siento que no voy a ser capaz de cumplir con lo que se me pide. Tengo muchas expectativas, metas y objetivos que nunca alcanzaré. Eso me irrita mucho y me lleva a decepcionarme de mí misma.
Un domingo estaba cantando la canción góspel «Un día a la vez». Mi profunda contrariedad, que llevaba una semana latente, finalmente afloró y me sentí inspirada a dirigirle aquellas palabras a Jesús, imaginándomelo delante de mí. «Un día a la vez, Dios mío».
Mientras cantaba la primera línea, se la dirigí a Jesús y volqué en cada palabra todos mis sentimientos de enojo desbordado e ineptitud. Sin embargo, antes que pudiera continuar con aquel canto de abatimiento, oí Su voz en mi cabeza, que me cantaba la siguiente frase: «Es lo que pido de ti».
Me quedé muda. Yo siempre la había interpretado como una petición a Dios de la intérprete para que permaneciera a su lado. Ella solo quiere un día con Él. No desea otras cosa que las fuerzas y la motivación necesarias para hacer lo que debe, una cuota suficiente de Jesús para sobrellevar la jornada.
Pero de repente me di cuenta de que no había sido Dios quien me había pedido todos esos cambios, planes a largo plazo y superaciones personales. Había sido yo, Dios no me pedía otra cosa que dar lo que podía en un día. Lo único que me pedía era que fuera fiel un día a la vez. —Amy Joy Mizrany [1]
Señor, por mi bien,
enséñame a vivir un día a la vez.
Un día a la vez, dulce Jesús.
Eso es todo lo que te pido
que me des la fortaleza para hacer cada día
lo que tengo que hacer. —Lynda Randle
[1] Conéctate 1 día a la vez