Los más sencillos actos de amor y de atención
No se olviden de hacer el bien y de compartir lo que tienen porque tales sacrificios agradan a Dios. (Hebreos 13:16 RVA2015)
Aprovecha toda nueva oportunidad que se te presente de dar. El músculo de la generosidad se pone flácido cuando no se ejercita. Procura hallar algo que puedas dar cada día, trátese de una sonrisa, un elogio, un poco de tiempo, disposición para escuchar, una buena comida, una prenda u objeto que no necesites o una palabra bondadosa. Siempre hay algo que puedes compartir con los demás.
No te conformes con lo que diste de corazón ayer. Concibe cada nuevo día como una flamante oportunidad de ser lo más generoso que puedas.
Hasta los más sencillos actos de amor y de atención llegarán lejos y contribuirán a que desciendan Mi amor y Mis bendiciones en la vida de otras personas. Bríndate a los demás en la medida de tus posibilidades y arroja unos rayitos de sol sobre las personas con las que entres en contacto hoy. El amor que entregas no cae en saco roto ni pasa inadvertido. Cada pequeño acto de bondad tiene un efecto palpable y es un medio por el cual haces brillar tu luz para que otros sean atraídos a Mí.
Vierte Mi amor, repártelo libremente a quienes te rodean. Entrégalo mediante palabras de ánimo, de elogio, y echando una mano cada vez que puedas. Dile a alguien hoy lo mucho que lo aprecias. Exprésale lo singularmente valioso que es como persona. Cada persona tiene un valor singular para mí y tú puedes ayudarla a experimentar Mi amor. —Jesús [1]
Si nos detuviéramos a pensarlo, probablemente nos sorprenderíamos de cuántas pequeñas atenciones podríamos ofrecer a los demás, que no nos costarían prácticamente nada y nos llevarían muy poco tiempo. Adiéstrate en el arte de los favores de cinco minutos. —Shannon Shayler
[1] Conéctate Generosidad con los demás