Una fuerza para el bien
No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. (Romanos 12:21 VRV)
Resulta interesante que el apóstol Pablo escribiera a los cristianos de Roma, dadas las evidentes similitudes entre el clima social que había en Roma en el siglo I y el que impera hoy en día en gran parte del mundo. El mal abundaba en Roma, y su influjo era muy fuerte.
Es fácil sentirnos abrumados por el mal que hay en el mundo. Todos los días nos enteramos de algún crimen aterrador que se ha cometido.
Ese mismo dilema se les planteó a los cristianos de Roma. Y el consejo del apóstol Pablo sigue igual de vigente: «Vence con el bien el mal».
Podemos dejar que nos desanimen, nos depriman y nos enojen —«ser vencidos de lo malo»—; o podemos constituir una fuerza positiva, aunque no sea más que dando ejemplo nosotros mismos.
Se iluminará cada corazón entenebrecido. Sin embargo, cada uno de nosotros puede hacer lo que está dentro de sus posibilidades día tras día, con cada persona, y con cada decisión. —Marie Péloquin [1]
Hace más en el gran mundo de Dios quien hace lo mejor en su pequeño mundo. —Thomas Jefferson (1743-1826)
[1] Marie Péloquin [1] Áncora Vence con el bien el mal