El peregrinar de la vida cristiana
Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene del SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra. (Salmos 121:1-2 RVA2015)
El peregrinar de la vida cristiana es un continuo ascenso hasta la cima. Por el camino hay pequeñas mesetas donde se puede hacer una pausa, descansar y relajarse. Hay incluso lugares donde se puede hacer un largo reposo para recuperar fuerzas antes de proseguir. Si bien la escalada puede ser ardua y fatigosa, te ofrezco lugares en los que puedes darte un respiro y gozar de unos momentos de distensión a fin de recobrar energías. […]
Los miradores son lugares preciosos desde los que se divisa el valle. La vista es impresionante. Se contempla el paisaje majestuoso y arrobador de la cordillera, el cielo, los bosques y toda la creación. Te inspirará, te animará y te dará tiempo para reflexionar sobre tu cometido y tus objetivos.
Con todo, las prisas de la vida cotidiana a veces te llevan a pensar que no puedes detenerte para aprovechar las pequeñas mesetas y miradores a fin de descansar y reabastecerte. Es importante recordar que necesitas ratos para distenderte y no solamente disfrutar de la escalada y de la vista, sino además recuperar fuerzas y sosegarte antes de continuar el recorrido. […]
Consulta el manual del montañista y pídeme que te guíe en las circunstancias cambiantes que enfrentas. —Jesús [1]
El descanso que da Cristo no es una negación. Se basa en algo positivo: Cristo mismo. Él dijo: 'Venid a mí y yo os haré descansar'. No hay descanso en ninguna otra dirección. Solo El es la fuente de vida y gozo y descanso del alma. —Billy Graham
[1] Conéctate Regular el ritmo en el ascenso