Dios espera que pongamos de nuestra parte
Con todo, tenemos este tesoro en vasos de barro para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros. (2 Corintios 4:7 RVA-2015)
Siendo realista, ¿qué crees que puedes llegar a ser o lograr? Tu respuesta dependerá en parte de cómo definas la palabra realista. Nadie sabe mejor que Dios de qué somos capaces. Muchas veces, para Él, ser realista es tener en cuenta nuestro potencial.
Él está al corriente de cuáles son nuestras limitaciones. «Conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo». Pero también mira nuestro corazón y ve continuamente lo que podemos llegar a ser.
Dios espera que pongamos de nuestra parte, pero tampoco nos pide perfección. Sabe que nunca seremos perfectos. Nos conviene, pues, ser sensatos y asimilar que es una tontería pretender o fingir ser perfectos. Tenemos que esforzarnos, sí; pero no se trata de alcanzar la perfección. Eso es lo hermoso de los designios divinos.
Si somos conscientes de nuestra debilidad e imperfección, Su Espíritu puede obrar en nosotros y Su fortaleza se perfecciona en nuestra debilidad.
Para Dios nada es imposible. Él sabe que independientemente de lo que haya pasado antes y de nuestras debilidades o defectos vigentes, podemos cambiar. Él puede obrar en las circunstancias en que nos encontremos y valerse de ellas. Debemos aprender a vernos desde la óptica de la fe, desde la perspectiva de lo que podemos llegar a ser y lo que el poder transformador de Dios es capaz de obrar en nosotros, lo que Jesús puede llegar a ser en nosotros. —Peter Amsterdam [1]
Este mundo es el taller donde Dios forja a los hombres. —Henry Ward Beecher (1813–1887)
[1] Conéctate ¿Eres capaz?