Con el corazón lleno de amor
Yo les he dicho estas cosas para que en Mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. (Juan 16:33 NVI)
Jesús dijo lo que está escrito en Juan 16:33 durante el magnífico discurso que dio a Sus discípulos después de la Última Cena. (Ver Juan cap. 13 a 17)
Esa noche, Jesús enfrentaba lo que sería el tiempo más doloroso y duro de Su vida en la Tierra; y sabía que de modo parecido Sus seguidores pasarían por un tiempo que sería una dura prueba para su alma. Y así, con gran amor y compasión, pasa toda la noche con ellos, dándoles Sus últimas palabras de instrucción y ánimo para prepararlos para lo que tenían por delante.
Con el corazón lleno de amor por Sus seguidores, empieza humillándose a Sí mismo para hacer el trabajo de un siervo al lavarles los pies, instándolos a hacer lo mismo y servirse unos a otros con amor.
Luego, les da Su nuevo mandamiento, «que se amen los unos a los otros. Así como Yo los he amado». Además de que esa clase de amor cristiano se convirtiera en un testimonio para el mundo de la verdad del cristianismo, Jesús debe haber sabido que Sus discípulos necesitarían esa hermandad sacrificada y la resultante unidad a fin de soportar los días peligrosos que tenían por delante.
Jesús los insta a no dejar que su corazón se turbe y les da la buena noticia de que Él irá al Cielo antes que ellos a fin de prepararles el hogar hermoso y eterno que los espera, que Él no los dejaría sin consuelo, y que les daría paz en medio de sus problemas. —George Sosich [1]
Y Él se apartó de nuestra vista, para que pudiéramos ir a nuestro corazón, y lo encontráramos allí. Porque Él se fue, y de hecho, ¡que está aquí.! —San Agustín
[1] Áncora Ánimo, Yo he vencido al mundo