Una ocasión para amar

 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. (Juan 20:21)

 Para muchos de nosotros, desde muy pequeños, la Navidad fue siempre una época especial. Celebrábamos el nacimiento de Jesús, intercambiábamos regalos y visitábamos o recibíamos en casa a familiares y amigos.
 Pero la Navidad no es solamente una ocasión de disfrutar de esas dichas. Es también el mejor momento del año para dar a conocer al mundo a nuestro amado Salvador.
 Esta Navidad tenemos oportunidad de brindar los mejores regalos de todos, no solamente a quienes conocemos bien y amamos entrañablemente, sino al prójimo, en nuestras comunidades, lugar de trabajo y en nuestros ministerios. Hay a nuestro alrededor corazones abatidos que claman por Alguien que los consuele. Seres amargados y hastiados de pecado anhelan un Salvador. Buscan a Alguien que los rescate, lloran por un Libertador. Se sienten abrumados por el temor y la incertidumbre, presos de la vaciedad, atormentados por el dolor y el desaliento y acosados por problemas insalvables para ellos.
 Jesús los ama a todos y quiere recibirlos en Sus brazos. Pero para ello, el Todopoderoso y Omnisciente, cuyo amor es infinito, necesita tu ayuda. Tú eres los ojos de los que Él se vale para ver la necesidad de esas personas y amarlas. Eres los oídos con que Él escucha su clamor, al cual luego responde. Eres la voz con que Él las consuela, las lágrimas con que las conmueve y los brazos con que las estrecha. ¿Harás todo lo que esté a tu alcance por ayudarlas? ¿Darás de ti hasta que duela? —M. Fontaine [1]

 La Navidad es más Navidad que nunca cuando la celebramos llevando la luz del amor a quienes más la necesitan. —Ruth Carter Stapleton

[1] M. Fontaine Áncora Navidad: una ocasión para amar

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