Te he estado observando

¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios! (Salmo 42:5 NVI)

¿Por qué pasar otra noche sin conciliar el sueño? ¿Por qué sufrir de ansiedad cuando puedes encomendarme todas tus preocupaciones y recibir de Mí paz interior? Aun en las circunstancias más sombrías, puedo conceder paz a tu espíritu y aliviarte del estrés físico y mental ocasionado por la preocupación y el temor.

Mi paz te llega al corazón cuando apartas la mirada de tus aprietos y apuros y la pones en Mí. Deja de preocuparte y piensa en Mí. Busca algo que puedas agradecerme —algo fuera de lo común que haya hecho por ti en otro momento— y alábame por ello.

O piensa en la peor experiencia que hayas tenido y en el hecho de que todavía estás aquí. Convierte enseguida ese pensamiento en una oración de gratitud. Aunque en ese momento no rezaras ni me conocieras siquiera, fui Yo quien te sacó adelante.

He velado por ti toda tu vida. De la misma manera que te he ayudado a salir de muchas situaciones complicadas y te he evitado más líos de los que te imaginas, voy a ayudarte a superar las adversidades a las que te enfrentas en este momento.

Cuanto más me alabes, más se verterá Mi paz sobre tu corazón. —Jesús

Dios nos dice que dejemos que la fe sustituya y cubra el temor que intenta entrar desapercibido y robarte la paz. Deja que la verdad de Su Palabra transforme tu mente y tu corazón ansiosos y deja que la preocupación sea tu llamada a la oración. —Gail Rodgers

[1] Áncora ¡Adiós a la angustia y la ansiedad!

Previous
Previous

Fe y Duda

Next
Next

Gracias por…