Él se humilló
…Se levantó de la cena, se quitó Su manto y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en una vasija y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido. (Juan 13:4-5 RVA1995)
…Se levantó de la cena, se quitó Su manto y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en una vasija y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido. (Juan 13:4-5 RVA1995)
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Es probable que los discípulos permanecieran callados mientras Jesús les lavaba los pies. Solo se intercambiaron palabras cuando le tocó el turno a Pedro. En cierto modo, Pedro habló en nombre de todos los discípulos, ya que consideró impropio que le lavara los pies aquel a quien él antes había llamado «el Cristo, el Hijo del Dios viviente».
Los biblistas se plantean si Jesús quería indicar que los creyentes debían lavarse literalmente los pies entre sí y, en caso afirmativo, si el lavado de pies debería ser parte de los oficios religiosos y las actividades de la iglesia. Parece que la mayoría de los comentaristas coinciden en que el lavado de pies era más un ejemplo que un mandamiento concreto.
Da la impresión de que Jesús pretendía mostrar que si Él, siendo su Señor, se había humillado asumiendo el papel de criado, Sus discípulos deberían estar dispuestos a hacer lo propio. No es que les diera instrucciones para que realizaran concretamente el acto de lavarse los pies unos a otros, sino que manifestó una actitud de humildad y servicio al prójimo.
Dio ejemplo de cómo nosotros, los cristianos, debemos servir a los demás, aunque nos resulte desagradable o humillante. —P. Amsterdam [1]
El lavatorio de los pies no es sólo un acto físico, sino también espiritual. Simboliza la purificación espiritual y la reconciliación que ofrece el sacrificio de Jesús. —Autor desconocido
[1] P. Amsterdam R.D.L.D El lavado de los pies de los discípulos