Jesús hizo precisamente eso

Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. (Juan 11:25 RVA2015)

Al celebrar la Pascua, celebramos la forma en que Dios nos dio la salvación. En Su amor por la humanidad, Dios nos proporcionó un medio para establecer una relación eterna con Él. Ese medio fue la venida al mundo de Su Hijo para vivir como un ser humano y dar la vida por nosotros. Jesús hizo precisamente eso.
 Vino al mundo por amor, vivió como nosotros y se entregó para ser crucificado. Su muerte posibilitó que llegáramos a conocer a Dios y vivir con Él para siempre.
Jesús fue el Hijo de Dios. Esto nos consta por lo que se relata de Él en los Evangelios y el resto de la Biblia. Hizo y dijo muchas cosas que atestiguan del hecho de que era el Hijo de Dios.
 Su resurrección de los muertos, que celebramos cada Pascua, fue prueba de que era todo lo que afirmó ser, que era el largamente esperado Mesías y que era el Hijo de Dios.
 A raíz de la resurrección tenemos la certeza de la vida eterna por medio de nuestra fe en Jesús. Ese es el punto medular de la Pascua. Por eso es un día para alabarlo y agradecerle Su sacrificio, el haber dado la vida por nosotros. —P. Amsterdam [1]

 Un hombre completamente inocente se ofreció como sacrificio por el bien de los demás, incluyendo sus enemigos, en pago por el rescate del mundo. Fue una acción perfecta. —Mahatma Gandhi

[1] P. Amsterdam Áncora Celebrar la Pascua: lo determinante es la resurrección

Previous
Previous

Lágrimas y miedos eliminados

Next
Next

Subidas y bajadas