Descansar en el Señor
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. (Mateo 11:28-29 RVR1960)
Jesús dice que si somos mansos y humildes de corazón hallaremos descanso para nuestra alma, porque Su yugo es fácil y ligera Su carga. De modo que si están cansados, han estado trabajando mucho, se sienten sobrecargados y necesitan descanso, tomen sobre sí Su yugo.
No el de este mundo, no su propio yugo ni el de otra persona, sino el yugo del amor del propio Jesús y Su carga de amor al prójimo.
Si son lo suficientemente mansos y humildes como para ponerse ese yugo encima, comprobarán que es fácil y ligero, y así hallarán descanso para su alma. El Señor dice que la solución no está en la fuerza del brazo de carne, sino en tener «un espíritu manso y apacible, que el Señor no desprecia».
Dicho de otro modo, Dios lo bendice. A Dios le encanta un espíritu manso y apacible. Él no lo desprecia, sino que lo bendice. Y a ustedes los bendecirá por tener un espíritu así. Sean mansos y apacibles.
Avancen con tranquilidad lo mejor que puedan, encomiéndenselo todo a Dios, y Él se encargará de ello. ¡Gloria a Dios! Si tienen ese espíritu manso y apacible que el Señor no desprecia, Él prometió que lo bendecirá. —DBB [1]
Cuando Jesús obra lo sabemos porque Él hace de lo común un motivo de inspiración. —Oswald Chambers
[1] DBB Áncora Las estrellas y los servidores