Apóyate en Mí

Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda, no tengo miedo. (Hebreos 13:6 NVI)

 Lo escarpado del terreno no hace desistir a un montañista decidido a alcanzar su objetivo; al contrario, se emociona frente a las dificultades. Nada lo disuade de seguir ascendiendo hasta coronar la cumbre. Ninguna adversidad lo hace volver atrás. Cuando ve las empinadas paredes rocosas que tiene delante, no se fija en el peligro, sino en los puntos de apoyo y en las estrechas salientes que lo llevarán a la cima. No se desanima por el rigor del entorno o el desgaste que le produce la escalada. La sola idea del triunfo lo impulsa a seguir avanzando y trepando.
 Si bien la vida está llena de obstáculos, piensa que cada uno que superas es uno menos que te falta vencer. Cuando el camino se torne muy accidentado, apóyate en Mí. Déjame ir delante y guiarte en el ascenso por las escabrosas laderas. Conozco los lugares peligrosos y sé cómo sortearlos. Juntos remontaremos toda dificultad, juntos coronaremos la cima y juntos plantaremos en ella la bandera de la victoria. —Jesús [1]

 Acurrúcate en los brazos de Dios. Cuando estés dolido o te sientas solo o marginado, deja que Dios te acune, te consuele, te exprese una vez más que Su poder y Su amor son más que suficientes. —Kay Arthur

[1] Conéctate  El ascenso hasta la cumbre

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