Amor, benevolencia y consideración
Por lo tanto, sean compasivos, como también su Padre es compasivo. (Lucas 6:36 RVC)
El amor de Dios abraza a todo ser humano. Desde el momento en que los creó, Dios ha amado a los seres humanos. Independientemente de cuál sea el estado de la relación que mantienen con Él, Dios los ama. Quizá no crean en Su existencia; quizá crean que existe, pero lo aborrecen; tal vez no quieren tener nada que ver con Él… Sea como fuere, Él los ama.
Su amor, benevolencia y consideración les son concedidos en virtud de que forman parte de la humanidad. Los seres humanos fueron creados a imagen de Dios. Él nos ama a cada uno, y el amor que alberga por nosotros se traduce en actos amorosos de Su parte… en el desvelo que tiene hacia la humanidad y las bendiciones que nos prodiga.
Cuando Jesús exhortó a Sus discípulos a amar a sus enemigos, les indicó que al hacerlo estarían imitando el amor de Dios, pues Dios se muestra amoroso y benigno con todos, incluso con los ingratos y los malignos. Hace salir Su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos. El amor de Dios y Sus amorosos actos se extienden a toda persona, sin importar cuáles sean sus principios morales.
Jesús también reveló el amor que Dios tiene por todos cuando expuso el argumento de que si Dios vela por las aves del cielo y por la hierba del campo, desde luego va a velar por la gente, que es más valiosa que las aves. Peter Amsterdam [1]
El sentido de la vida no es ser feliz. Es ser útil, ser honorable, ser compasivo, que el hecho de que hayas vivido y vivido bien sea un aporte. Ralph Waldo Emerson (1803–1882)
[1] Áncora El amor de Dios por la humanidad