Su encuentro con Jesús transformó su vida
Cuando Jesús pasó, miró a Zaqueo y lo llamó por su nombre: «¡Zaqueo! —le dijo—. ¡Baja enseguida! Debo hospedarme hoy en tu casa». (Lucas 19:5 NTV)
Si bien Zaqueo estaba contento de que Jesús entrara en su casa, todos los presentes comenzaron a refunfuñar y quejarse. Al llamar «pecador» a Zaqueo, probablemente expresaban su opinión sobre los cobradores de impuestos y daban rienda suelta a la animosidad que les tenían por aprovecharse de los contribuyentes. Además le reprobaron a Jesús que se asociara con pecadores.
Y Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «He aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado».
El encuentro de Zaqueo con Jesús cambió radicalmente su manera de manejar el dinero; pasó de aprovecharse de los demás a ayudarlos y servirlos.
Zaqueo no parecía llamado a salvarse. No solo era pecador, sino que trabajaba para el opresivo Imperio romano y se enriquecía a costa de su propio pueblo. No obstante, su encuentro con Jesús transformó su vida. Jesús se molestaba en mirar más allá de la identidad o profesión de una persona. No le importaba hablar con alguien a quien la sociedad menospreciaba y rechazaba con tal de darle una oportunidad de obtener la salvación.
Ojalá reflejemos todos a Jesús cuando nos encontramos con personas despreciadas, incluso aquellas que nos han agraviado o han perjudicado a otros. Manifestemos amor, tolerancia y perdón a todos aquellos con los que nos relacionemos. Esforcémonos por ser como Jesús. —Peter Amsterdam [1]
Lo que más deseamos es alguien que nos inspire a ser lo que sabemos que podemos ser. —Ralph Waldo Emerson (1803-1882)
[1] Conéctate Jesús, Su vida y mensaje: Zaqueo