Puedo hacer que veas las cosas de otro modo

Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por eso no temeremos, aunque la tierra tiemble, aunque los montes se derrumben en el corazón del mar, aunque sus aguas rujan y echen espuma, y se estremezcan los montes por su braveza. (Salmo 46:1-3 RVA-2015)

 Cuando a tu alrededor se desaten tempestades, y sientas que los vientos de la aflicción, de la adversidad y de las dificultades te zarandean, busca Mi rostro y ven ante Mi presencia para buscar refugio en Mí hasta que hayan pasado esas calamidades. Acércate a Mí y confía en que cuidaré de ti y seré tu fortaleza y pronto auxilio en las tribulaciones.
 El refugio que te he prometido no es otro que el alivio que brinda Mi amor, el consuelo de Mis brazos, la paz que fluye de Mi corazón hacia el tuyo, que te colma y te envuelve, que transporta tu espíritu a la esfera celestial.
 En esos momentos de quietud, cuando disfrutamos de íntima comunión, puedo hacer que veas las cosas de otro modo y llenar tu corazón con la paz que sobrepasa todo entendimiento, cuando te apartas de las tormentas de la vida y entras al aposento de Mi refugio. —Jesús [1]

Dios de paz,
tú eres el centro de mi vida,
un fuerte refugio de paz
en el torbellino de mi dolor.
Te busco para tener fuerza
y una constante garantía de esperanza. —Joyce Rupp

[1] Áncora Paz en las tormentas de la vida

Previous
Previous

El crecimiento personal es fruto de una alianza

Next
Next

Como es imposible eludir los cambios