Los cristianos hemos sido llamados, como Él, a servir
Sobrelleven los unos las cargas de los otros, y cumplan así la ley de Cristo. (Gálatas 6:2 RVC)
Al ingresar al mundo, Jesús asumió la condición de siervo[1]. Los cristianos hemos sido llamados, como Él, a servir. Dicho servicio es un medio para que nuestra luz brille delante los demás y al mismo tiempo un modo de glorificar a Dios.
El servicio tiene doble finalidad: ayudar a otros y ayudarte a ti mismo a superar algo que esté coartando tu crecimiento espiritual. Hay muchas ocasiones en que servimos sin otro móvil que nuestro amor por el Señor y los demás.
No obstante, para los que aspiran a crecer espiritualmente, a ejercitarse y fortalecerse, el servicio, por mucho que exija sacrificio, puede ser un hermoso medio de lograr lo que se han propuesto.
Cuando servimos impulsados por la gratitud, la alegría, la humildad y el amor a Dios y a los demás, lo hacemos con gusto y entusiasmo, independientemente de la situación en que nos encontremos y del medio que Él nos haya indicado.
Si deseamos ser imitadores de Cristo, entonces aprender a servir al prójimo con amor y humildad, como hizo Jesús, sin otro interés que glorificar al Padre, y comprometernos a ello, es una disciplina que merece la pena practicar. —Peter Amsterdam [1]
No hay acto de bondad que se pueda considerar demasiado pequeño. Todo acto causa una reacción en cadena sin un final lógico. —Scott Adams
[1] Áncora El servicio